¡Bueno qué transa!

 

Un domingo, estando herrando

Se encontraron dos mancebos

Metiendo mano a sus fierros

Como queriendo pelear

(El  hijo desobediente)


Me decía una muy estimada amiga: “era pequeña, pero bélica”. Hablábamos de su etapa del basquetbol, cuando era jugadora de la Liga Municipal, en donde ella fue protagonista de una épica batalla campal en una fase de cuartos de final, lo que vi y pude narrar después fue como después de buscar encestes, lo que se priorizaba era ganchos, rectos, ya en caso extremo buscar aplicar la “tomoenague”, el “cristo invertido”, la “tapatía” la “huracarrana”, sin olvidar los jalones de sedosas cabelleras, ¡en fin! en efecto esa batalla fue épica.    

 

¿Y a qué viene todo esto? Pues por la escena que protagonizaron los Senadores Alejandro Moreno Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña, PRI y MORENA, respectivamente, el pasado 27 de agosto de 2025; reclamos airados de parte del llamado “Alito”, que llegaron a las manos, como bien dicen los que saben: ¡juego de manos es de villanos! 

 

Para quienes tenemos el masoquismo de ver las noticias, de estar al día de lo que sucede, para evitar que decir: ¡me contaron, me dijeron! Tenemos esa mala costumbre de estar monitoreando redes sociales, televisión, radio, aunque eso al final atosigue el cerebro más de la cuenta. 

 

La escena es delirante seis tipos, todos del PRI suben a la tribuna, otros se apresuran a dejar el sitio que se iba a convertir en un improvisado ring, Noroña se queda acompañada de dos diputadas, Dolores Padierna (MORENA) y Lilia Aguilar Gil (PT), quienes poco o nada pueden hacer ante lo que se presentó una vez que empezaron los reclamos, que terminó en lo que todo mundo pudo ver en las imágenes, videos que circularon rápidamente. 

 

Uno acusa al otro. Él me empujo primero. Él fue quien empezó. Al menos lo que se puede ver, o lo que yo observé es que el Señor Moreno es quien tira primero, como bien se dice en el barrio, quien pega primero, pega dos veces, en efecto así ocurrió, no solo dos, varias en donde un camarada fotógrafo, Emiliano González González, colaborador de Noroña, intentó calmar las aguas, terminó en el suelo con varios “patines” en su humanidad, y el Diputado Carlos Eduardo Gutiérrez Mancilla, Presidente de la Comisión de la Juventud aplicó todo lo gandul que es, volviendo Sr. Emiliano González como ocurre con quienes ejercen el periodismo arriesgan el físico, cuidan su equipo como si en eso se les fuera la vida pero las imágenes ahí están, grabó con una cámara de 360 grados, por lo cual se puede ver todo, y en partes escuchar uno que otro improperio. Amenazas, dice Alejandro Moreno que él vio y sintió que llegó con un palo, con el cual lo iban a agredir, pero lo que se ve en el video es otra cosa.  

 

Así pues tras golpes al aire, empujones, jaloneos, zapes, Noroña fue “achicalado” y evitó responder, o más bien la pensó porque no llevaba las de ganar, las Legisladoras antes mencionadas, por lo que se ve, no fueron agredidas, pero, sí, pueden dar fe de lo acontecido en primera fila, a ras de cancha, en el “ring side” ¡pues! Dicen que es la polarización es la causa, que lo que se vio en esa escena es la suma de agresiones y conductas de uno y otro bando, para ello cito lo que dice Zoe García en la revista electrónica Ethic La percepción secuestrada: neurociencia de la polarización (01/08/2025) Vivimos inmersos en un clima de creciente polarización social y política, donde las emociones parecen más decisivas que los hechos y el diálogo razonado es sustituido por «zascas» y radicalismos de frase corta.

 

Cuando yo era alumno de recién ingreso del CCH Azcapotzalco ya empezaba a rumorar el aumento de cuotas, con ese espíritu revolucionario, contestario, y mucho otros calificativos que son propios de la juventud, asistí a varias reuniones en las asambleas de los lideres estudiantiles, había de todo: rojos, trostkistas, leninistas, marxistas, guevaristas, maoístas, en fin y claro nunca faltan los infiltrados porros que siempre buscan generar enfrentamientos, provocando ya sea en la toma de la palabra y dado el caso, la confrontación a golpes, recuerdo a uno de ellos, el “Gordo Chepe”, quien intentó hacer la novatada a los de primer ingreso diciendo que era profesor adjunto y que pedía cooperación para no sé qué “madrola”, ya estaba en el taloneó cuando llegó el verdadero Profesor y lo sacó del salón, no sin antes advertirle que devolviera los pesos que ya había “taloneado”, el Profesor nos dijo que era alumno y que no cayéramos en esa novatadas, pasaron los días tal vez meses hasta que nos convocaron una de las organizaciones estudiantiles a una reunión para cerrar la escuela, parar actividades porque ya se pretendía cobrar por exámenes extraordinarios, tramites en Servicios Escolares, pues ahí voy representando a mi grupo, siempre metido en la grilla, escuché a varios compañeros expresar ideas de forma articulada, con una dicción firme, sin gritar, su voz atronante, precisa, inundaba en el salón, consignas incendiarias, que recordaban el Movimiento de 1987, cuando se buscó incrementar las cuotas, para ese 1993, además de las aumento ya se decía que iban a quitar el pase automático, es ahí donde aparece de nuevo el “Gordo Chepe”, quien tras ese aspecto bonachón y buena onda, era un provocador, un porro pues, así que en sus diferentes intervenciones intentó reventar la reunión, pero no le fue posible, nadie mordió el anzuelo, y ya cansado se paró en una de las bancas y grita ¡Bueno que transa! Esperaba contar con algunos colegas suyos pero nadie saltó, tal vez no acudieron o bien le midieron el agua a los tamales, llevaban las de perder, ante la nula respuesta y apoyo, lo corrieron, salió mentando madres, pero su técnica no resultó, cerramos la escuela un par de días, los trabajadores tuvieron que hacer caso a las demandas del alumnado, fue hasta el 1999 cuando se dio el otro movimiento de cierre de la UNAM, en donde el Ejército volvió a pisar suelo universitario, pero bueno eso ya es otro rollo que algún día contaré.

 

Gerardo Fernández Noroña, es ave de las tempestades, puede caer bien, mal o muy mal, depende de la postura ideológica que uno posea, en mi andar por la Cámara de Diputados, le reconozco su capacidad de oratoria, el manejo de datos, la forma en que discursivamente tunde a sus oponentes partidistas, varias veces observé como algunos Diputados lo retaban a golpes, escarceos, gritos, empujones. Pero a lo que se vio el pasado 27 de agosto ya es otra cosa, Noroña ha sido protagonista de varias escenas algunas que pueden causar risa, enojo o aplauso, por ejemplo la vez que tomó posesión Felipe del Sagrado Corazón Jesús  Calderón Hinojosa, la policía en ese entonces le negó el paso y ahí esta pasando la valla en brazos de los “polis”, fue él quien le dijo en plena cara a Genaro García Luna --Seguridad Pública durante el sexenio del presidente Felipe Calderón entre 2006 y 2012-- que era un narcotraficante, o bien cuando fue a comparecer Gerardo Ruiz Esparza --secretario de Comunicaciones y Transporte durante el sexenio de Enrique Peña Nieto de 2012 a 2018--, debería estar en la càrcel por el caso de corrupción de la empresa OHL, pero que estar preso el ya hubiera corrompido a los internos, lo cual causó risa al ya finado Secretario, una ocasión en una visita que hizo al Istmo de Tehuantepec, dio un discurso llenó de palabrotas, que lejos causar simpatía generó un poco de decepción, sí, se sabe que en esa región se expresa la gente de esa manera, pero tal vez lo que deseaban escuchar era un disrcurso más sensato, ecuánime, no fue de tal ligereza que solo faltaron los albures, ya como presidente de la mesa directiva del Senado de la actual legislatura el Señor no ha estado exento de controversias, desde las disputas con la Señadora Téllez, que lo bautizo como “El Bellaco”, aunque ella no sepa que “aunque la sangre siendo plebeya, también tiñe de rojo”, que sus viajes, que su casa, como ya lo mencione lineas arriba Noroña puede caer bien, mal o muy mal.

 

De Alejandro Moreno Cárdenas, poco puedo decir no lo conocía, hasta que se dio esa desafortunada declaración que palabras más o palabras menos dijo: “a los periodistas no hay que darle de balazos, hay que matarlos de hambre”, frases como esas hay varias, pasando con esa reunión “secreta” con la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia Norma Piña, previó a la elección del 2018, le decía a una amiga que se queja amargamente de la Cuarta Transformación y que la culpa de todo esto la tiene Andrés Manuel López Obrador: ¡Así no ANLO, así no! ¿cuántos más, cuántos más?, yo le replicaba que quien tenía la culpa de todo esto es precisamente el PRI, instituto político que no supo reformarse, refundarse cuando tuvo la oportunidad y entonces llegamos a lo que ahora encabeza este personaje, que cada que lo escuchó, no puedo evitar la risa y suspirar de escuchar tantas sandeces que expresa, pero bueno lo que si hizo bien fue organizar bien el acorralamiento a Noroña y ponerle unos buenos cates, me dice mi hermano: ¡A Noroña le faltó barrio! Yo digo que ¡aguantó vara!, que solo le faltó decir: ¡bueno qué transa!

      

No sé si mi amiga basquetbolera dijo algo parecido o sus compañeras de equipo haya expresado ¡bueno qué transa! Lo que si les puedo decir es que ese domingo por la mañana llegué para hacer mi cobertura y mi crónica del basquetbol, al final terminé redactando una crónica que iba desde basquetbol, rugby, pasando por el boxeo, lucha, jiu-jitsu y porque no hasta pelea en lodo, golpes, patadas voladoras, jalones de greñas, al final casi medio equipo fue expulsado, ya no era posible seguir con las acciones. 

 

Recuerdo muy bien mientras platicaba con los árbitros, las incidencias del juego, del por qué empezó la trifulca, se acercó ella, toda “desgreñada” con el maquillaje corrido, rasguños en el rostro y con una pícara sonrisa: ¿tomaste fotos? Le dije que no, pero que, si iba realizar una crónica pormenorizada de lo ocurrido, solo sonrío y se fue con el resto de sus compañeras a evaluar lo acontecido, tal vez fallaron los relevos australianos, no se aplicaron bien las llaves, o tal vez la defensa no fue la correcta, que tal vez fallaron bajo el tablero o al final se concluyó que la culpa de todo la tienen los árbitros, en esa ocasión no. 

 

La última vez que yo dije saltando ¡Bueno que transa! como el "Gordo Chepe", terminaron dándome una buena felpa,  fue también belicoso, me aventé varios tiros, en donde salí avante pero eso ya lo contaré en otra ocasión en lo que se calman las aguas, porque no haremos apología de la violencia, pero si yo hubiera estado ahí si al menos no se hubieran ido limpios. 


¡Naaa!  ¡Paz y amor brothers! 

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