Huele a espíritu adolescente
¨I'm worse at what I do best
And for this gift I feel blessed
Our little group has always been
And always will until the end
(Smell like teen spirit /Nirvana)
Todo mundo o la mayoría comenta sobre Adolescencia, miniserie de televisión de drama criminal británica de 2025 creada por Jack Thorne y Stephen Graham, dirigida por Philip Barantini, que se puede ver en Netflix, psicólogos, sociólogos, críticos de cine, han expresado sus puntos de vista acerca de esta serie que genera infinidad de reflexiones, como ¿qué hacen los padres para educar a sus hijos? ¿Qué hacen los maestros para controlar u ofrecer una buena enseñanza en las aulas? ¿Qué se hace como sociedad para evitar los contenidos tóxicos en la red? ¿Qué hacen las autoridades? Son muchas y variadas las reflexiones que surgen tras ver los cuatro capítulos de los cuales consta la serie, en cuanto a su cinematografía, no puedo decir mucho, me baso en la opinión de los que saben, por supuesto es hipnotizante.
La serie retrata la sociedad actual 2025, mundo en donde los dispositivos móviles las redes sociales, el internet, los llamados “Influencers” son inherentes, niños, adolescentes, adultos, en muchas de las veces sin la capacidad de pensamiento crítico están navegando sin siquiera reparar en lo que ven es cierto o falso, si lo que se difunde tiene argumentos validos para aceptar una afirmación o una negación por ejemplo hay quien afirma que LA TIERRA ES PLANA, sí a esos personas que confirman esa teoría se les llama “terraplanistas”, ¡en fin!
Podemos sustraernos a los tiempos modernos, a la tecnología, aislarnos, evitar las IA (Inteligencia Artificial), parece que no, cada vez es mayor la dependencia, olvidar el móvil en casa o ver que la pila está por acabarse, genera un tipo inusual de ansiedad; dice una frase de un meme: “Cuando el teléfono estaba atado a un cable… los humanos éramos libres”, ¡bueno! Hasta hemos incorporado a nuestro lenguaje habitual palabras como MEME, IA, EMOJIS, y es uno de los aspectos que aborda Adolescencia, esas nuevas formas de comunicación ajenas para las ya “viejas generaciones”.
Por cierto hay que sumergirse en la llamada sub cultura, movimiento o lo que sea como se denomine el INCEL para eso les dejó este enlace en donde nos dan una descripción de lo que se muestra en la serie : https://www.bbc.com/mundo/articles/cz9n75ygwxjo.
Hace poco comentaba con un gran amigo mío, sobre la serie; él, me decía enfáticamente que ya no hay valores, que en países del llamado Primer mundo, el correctivo físico no está permitido e incluso acarrea consecuencias legales, ya sea en la escuela o en la casa, claro era esta una forma de evitar el abuso en los menores, casos de esos están documentados, son lamentables; maestros agresores, curas pederastas, padres abusivos y la lista es enorme, pero en esa búsqueda de protección se abrió un resquicio en donde se le respetaba su libre expresión, su privacidad, entonces sus habitaciones se convirtieron en fortificaciones —claro estamos hablando de llamado Norte Global— detrás de esa puerta era complicado acceder y menos si no existía una buena comunicación entre padres e hijos, saber lo que ven los niños, adolescentes en sus dispositivos es casi imposible o imposible de controlar, de vigilar, entonces empieza esa distorsión del mundo, de la realidad ¡No! No es que no haya valores, lo que pasa es que la realidad que vivimos, obviamente, no es la misma cuando nosotros éramos los adolescentes.
Por ejemplo hace poco vi de nuevo la película de Billy Elliot (2001, Dir. Stephen Daldry), en ese filme se retrata a una familia que a pesar de la ausencia, física, de la madre, los integrantes, papá, abuela y hermano, conservan los valores familiares a pesar de la crisis social creada por las políticas económicas de Margaret Thatcher, la historia se desarrolla en los tempranos años 80 del siglo pasado, muy lejos estaba la aparición de las nuevas tecnologías con las cuales convivimos, insisto los valores familiares no se han acabado, lo que ha cambiado es el mundo así lo retrata o lo describe el Zygmunt Bauman, el mundo actual se caracteriza por su estado fluido y volátil. Es lo que denomina sociedad líquida. Ésta es una sociedad en la que la incertidumbre por la vertiginosa rapidez de los cambios ha debilitado los vínculos humanos. En Billy Elliot los vínculos familiares por las circunstancias que viven se fortalecen,
En el tecleo de éste junta letras (que soy yo) me vino a la mente otra película en donde ya se presagiaba lo que sucede en la miniserie Adolescencia, Kids (1997, Dir. Larry Clark), es el New York de los años 90 en donde adolescentes dan rienda suelta a su despertar sexual con la amenaza latente del virus del VIH, ahí en las calles sin la supervisión de sus padres o de adultos vagan por las calles de la “Gran Manzana”, violencia, drogas, sexo, —parece canción del TRI—. Los dominios públicos en Internet apenas tenía 7 años es decir su acceso era limitado y los teléfonos celulares aun estaban lejos de ser lo que conocemos hoy, la comunuicación era cara a cara o análoga, pero los vínculos sociales empieza a erosionarse en el llamado Norte Global,
Pero ¿qué es el Norte Global?
El término Norte Global comenzó a utilizarse ampliamente en las décadas de 1980 y 1990, principalmente en el contexto de los estudios sobre desarrollo y las relaciones internacionales. Surgió como una forma de describir a los países económicamente desarrollados, mayoritariamente ubicados en el hemisferio norte, en contraste con el Sur Global, que se refiere a las naciones en desarrollo, muchas de las cuales se encuentran en el hemisferio sur.
Aunque no hay un momento exacto o un autor único que acuñara el término, su popularización está vinculada al informe Brandt de 1980 ("Norte-Sur: Un programa para la supervivencia"), elaborado por una comisión liderada por Willy Brandt. Este informe analizó las disparidades económicas entre los países industrializados del "Norte" y los países más pobres del "Sur", sentando las bases para esta terminología. Desde entonces, "Norte Global" se ha usado en círculos académicos, políticos y sociales para abordar temas de desigualdad, poder y globalización. (Y para colmo esto lo consulté con la IA de X: Grok; aquí les dejo el copy paste).
Y estás dicotomías nos llevan a que en ese llamado Norte Global la erosión de los valores familiares es cada vez más evidentes, es en esos países( Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, países de la Unión Europea, Singapur, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) en donde los sucesos de violencia son cada vez más frecuentes, en donde son más casos como los que se retratan en Kids y Adolescencia circulan más en las redes sociales.
¿Y nosotros?
En nuestra realidad, lo que hace a niños llegar al punto del protagonista de la Miniserie es más el contexto de marginalidad, la carencia, la mendicidad y películas sobre el caso hay muchas en 1950 Luis Buñuel filma Los Olvidados, se dejó de romantizar la pobreza, se retrata un México en donde sus niños, sus adolescentes están muy lejos del melodrama de Nosotros los pobres, el Jaibo, interpretado por el gran Roberto Cobo “desvive” a uno de sus rivales y en ese andar ejerce una violencia que espantó a las buenas costumbres de la época, pidieron que se expulsara a Buñuel, pero hábilmente filmó un final alternativo para calmar los ánimos.
Pasaron los años, la industria fílmica se empantanó, vinieron películas de dudosa calidad, y en ese lapso apareció un filme que se llamó Perro callejero (1980) protagonizada por Valentín Trujillo y dirigida por Gilberto Gazcón, los avatares de un huérfano que roba para comer, hubo una segunda parte, pero pasó sin pena ni gloria porque el cine que dominaba en esos tiempos era el de las ficheras las “sexicomedias”, hay que rascar la filmografía de esos años aciagos para el cine que ya había dejado muy atrás su Época de oro.
Y entonces llega el nuevo cine mexicano, temas variados, comedias románticas, dramas, uno que otro wenster. En 1993 se filma Lolo, que hace una representación contemporánea y de barrio de la novela Crimen y castigo de Fiodor Dostoievski, ahí juega mucho o influye mucho el contexto en donde nace, crece y seguro morirá el protagonista, Roberto Sosa aún con los resabios de la adolescencia encarna a Lolo y bueno si ya la vieron veánla de nuevo, sino es una buena oportunidad.
Pasaron algunos años más, era el primer años de la década de los “dosmiles” cuando sale Perfume de violetas (2001, Dir. Maryse Sistach) y De la calle (2001, Dir. Gerardo Tort), en ambos filmes son los adolescentes los protagonistas que tienen que enfrentar la vida, enmarcados en esa precariedad emocional-educativa, marginación, violencia, víctimas y victimarios conviven cotidianamente. El entorno, el contexto es el villano, si es que lo pudiéramos materializar; ellos los protagonistas, los adolescente, quieren huir para no caer en ese círculo vicioso infinito, pero… habrá que darle una visita nuevamente a esos filmes de los primeros años de este milenio, porque al final lo que sucede en el resto del mundo también ocurre aquí y en ocasiones en formas inimaginables, ya sabes la realidad siempre, siempre superara a la ficción.
Para calmar los ánimos o suavizar las cosas para el 2002 Fernando Sariñana hace una versión de Romeo y Julieta con Amar te duele, sí, en efecto un romance, pero como en la novela del bardo inglés el final es una tragedia.
Para el 2004 Luis Mandoki nos vuelve a sacudir —o al menos a mi— con Voces inocentes, la historia de cómo la guerrilla salvadoreña el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional recluta a niños menores de 12 años para “pelear por la causa”, de nuevo la niñez como instrumento para ejercer violencia.
Era 2020, década y media después una película en donde los adolescentes volvieron a ser los protagonistas de una historia Ya no estoy aquí de Fernando Frías, quien se aleja de la Ciudad de México como escenario y nos pone en el Monterrey, nos acerca a la subcultura o tribu de los “cholombianos” (Kolombia) y su cumbia rebajada, en ese desarrollo se hace referencia al dominio del crimen organizado, que tanto nos aqueja actualmente.
Estos como muchos otros filmes que seguramente se me escapan a la memoria nos retrata a la niñez, a los adolescente, a los juventudes como los grupos vulnerables por el contexto en que vivimos, si es preocupante y asusta que de un día para otro nos enteremos por las noticias de sucesos, de hallazgos que erizan la piel, de nuevo la realidad siempre superará a la ficción.
Realidad es lo que vemos en los documentales de Sarah Minter que filmó con la banda Los Mierdas Punk de Neza (auí se escucha un suspiro), Nadie es inocente (1986) y Sábado de mierda (1988), el contexto es violento es el contexto, la marginalidad la pobreza, de repente me llega a esta cabezota la película-documental de Paul Leduc ¿Cómo ves? (1986). Escuchaba hace unos años a uno de esos conductores de Televisa que se metieron de todo, hasta los dedos, que por qué se criticaba al cine ligero optimista, si la realidad que vivimos es demasiado dura como para estar haciendo apología o señalando lo malo que pasa en la vida,, la respuesta que pensé en ese momento y que la reitero nuevamente es: Si no se hace nos vamos a acostumbrar a que en este país no pasa nada y que todo lo que se refleja en un medio de comunicación como es el cine son solo cuentos de hadas, claro que no es así, eso ocurría cuando estaba en cartelera Heli (2013, Dir. Amat Esacalante) y que ganaba premios, todo mundo la comentaba, por el tema que abordaba y que una pero una película como El estudiante (2009, Dir. Roberto Girault) con un mensaje anodino y moralino no tuvo la atención de la critica, el ejercicio o la recomendación es que vea ambas ya cada quien sacará su conclusión,
A ritmo de samba
Hay una película que es un parteaguas para mi trayectoria como cinéfilo o aficionado al cine Cidade de Deus (Ciudad de Dios, 2002) dirigida por Fernando Meirelles. El crimen organizado absorbe a los niños-adolescentes de las favelas (barrios mrginales) de Río de Janeiro, la ley de la selva, la ley de más fuerte, el “darwinismo social”, apenas cumples la mayoría de edad y puedes ser suplantado por un adolescente más desquiciado, de nuevo las condiciones sociales, el contexto, la necesidad, la pobreza, es quien juega un papel importante para la degradación den los valores humanos. En Adolescencia el protagonista de la historia vive en un entorno familiar favorable, eso en apariencia, es la clase media de británica post Brexit, la complejidad se presenta en las redes sociales en lo que consume en sus privacidad, en la percepción propia, es algo que está muy alejado al Brasil de los años 70 en donde no sabían los niños, las familias enteras si a comer al menos dos días seguidos y algo similar pasa con los protagonistas de Los Olvidados, De la Calle, Voces inocentes, Perfume de violetas, claro, son épocas distintas, pero nosotros no somos los mismos de hace un mes al día que hoy vivimos, el contexto social de Gran Bretaña de 2025, no se acerca en nada las favelas de los años 70 de Río de Janeiro o los barrios bravos que retrata Maryse Sistach en el México de los primeros años del nuevo siglo, en lo que coinciden una u otra narración es la vulnerabilidad de los niños, adolescentes jóvenes.
Fui adolescente, por más que quise no me pude saltar esa etapa, ¿rebelde?, creo que como todos, mi entorno fue saludable, eso creo, por eso estoy aquí aporreando teclas, en esta larga introspección que me generó el ver una serie que puso pensar a medio mundo. Tal vez me quedé corto, fui muy superficial o falto de argumentos, pero tenía que sacar ese ruido que traía en la cabeza tratar de ordenarlo en oraciones, ¿lo logre? Probablemente no, pero el intento se hizo.
Por eso felicitó a mis amigos, amigas, familiares que no pudieron saltarse esa terrible etapa de la vida: la pubertad, con todos sus altibajos, blancos-negros y gama de grises, y se convirtieron en padres, madres, que tienen que educar, guiar a niños que ya no es el mismo que cuando ellos eran adolescentes.
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