Historia de vida, en carril de la izquierda
1991
La primera vez que voté fue en 1991, tres años habían pasado de la dudosa elección del 88, tenía claro a mis villanos, la caía del sistema era el mito al que había que sujetarse, y mi simpatía, ideales y convicción se consolidó hacia la izquierda.
1994
La era Salinas estaba por terminar, alguna vez escuché que debía reelegirse; en puerta el tratado de libre comercio, un premio Nóbel, una miss universo, subcampeones de América, pero con un levantamiento armado en Chiapas, el asesinato de un candidato, mi simpatía estaba del lado del Ingeniero Cárdenas.
1997
Ya más “politizado” por mi paso por el CCH Azcapotzalco, mi ingreso a la ENEP Acatlán de nuevo mi inclinación a la izquierda, Cárdenas es elegido como Jefe de gobierno del Distrito Federal, empezaba, creo, ese sendero que desembocaría en el 2018.
2000
A todos engañó. Zedillo nos dejaba el FOBAPROA. Fox decía a patadas de botas sacó al PRI y que ahora sí, México iba ser próspero, pero solo lo fue para unos cuantos como siempre ha sucedido, fue la tercera para Cárdenas y no fue la vencida. Un nuevo Siglo en puerta, pero nada más.
2003
El “romance” con el hombre de las botas se había acabado; los ricos haciendo más ricos y los pobres empobreciéndose cada vez más, vagaba por los caminos del sur, y en el DF, aparecía un tabasqueño que ya había dado muestra de su colmillo desde las elecciones de 1997. De nuevo mi voto por la izquierda.
2006
El Don de Tabasco casi no lo dejan competir, el Don de Michoacán hizo hasta lo imposible para ganar y “haiga como haiga sido” gobernó por seis años con una “guerra ficticia” más pobres, los ricos siendo más ricos y un plantón en Reforma que a muchos molestó y el corazón siempre a la izquierda. La Verde Antequera se convirtió en una ciudad sitiada.
2009
Nada ha cambiado. A unos cuantos les hizo justicia “la revolufia”, se tiene que trabajar el doble para sobrevivir, “patrones” explotadores, ya estaba definido el contendiente para la siguiente elección, pero despertamos y el dinosaurio nunca se había ido, de hecho revivió y Oaxaca vivía una entelequia.
2012
Encopetado. Con una maquinaria mediática vuelve el PRI a la cima, ¿no que se había muerto? El partido amarillo empieza su largo camino a la desaparición; el Don de Tabasco vuelve a participar y vuelve a perder, Dicen que es un peligro para México, una gran parte de este país así lo considera, pero la historia, pero sobre todo la gente, tenía otra opinión.
2015
No había más. Ya en estos terrenos de la política confirmé que todo lo que se ve en la TV, lo que se escucha en la radio, lo que te dicen los diarios y todo lo que se publica en las redes sociales, es todo manipulable, siendo testigo de primera fila estábamos ya en el umbral de dar un giro de tuerca.
2018
Y pues el Don llegó. En una plática “face to face” me convencí o me convenció que existía la oportunidad de un viraje y… sí, así sucedió a muchos no les agradó, pero 30 millones de personas hicieron válido el adagio: La tercera es la vencida.
2021
En tres años no se puede hacer lo que se dejó de realizar por décadas. Los ricos siguen siendo ricos, pero muchos pobres empezaron a tener una mejor calidad de vida, pero los intereses de esos ricos se vieron afectados, los medios de comunicación ya parecen obsoletos, las redes sociales son un lodazal, hay replica, pero señalan que se finca una dictadura. Ya se vislumbra el cambio de estafeta.
2024
Hay impresentables. Hay dinosaurios otrora villanos que ahora son menos malos que antes, hay máscaras que cayeron, hay decepciones, hay hartazgos, pero lo más importante el voto cuenta, hay quienes deciden ejercer ese derecho, otros no cada quien con sus filias y sus fobias… pero sin dudas México está proceso de cambio.
¿Por qué izquierda?
Es mi historia de vida, de nadie más, no pretende ser ejemplo de nada ni de nadie, habrá coincidencia y puntos de intersección, pero nada más. Mis padres son migrantes de Oaxaca, llegaron en la década los 60 a la Ciudad de México, vivieron en distintos barrios del entonces DF y periferia, en esta Ciudad crecí deambulé con ellos por algunas colonias del DF, hasta que llegué al Estado de México, el matrimonio se disolvió y bueno la conciencia de clase me llegó de un solo chingadazo; a trabajar, no hay de otra, valoro la figura de la mujer, antes del término peyorativo y hasta despectivo de mamá luchona observé como mi madre se tuvo que fletar para sacar adelante a cuatro niños. Bajó hasta el meritito infierno, pero salió de ahí.
El concepto de movilidad social, para mi es novedoso, tengo más claro el que me dijo uno de mis más entrañables profesores que es la calidad de vida.
Él nos preguntó en una ocasión el grado de estudios de nuestros padres, algunos apenas concluyeron la educación primaria, unos cuantos más la secundaria o preparatoria y los menos una carrera universitaria, el caso es, señaló, que ya estar en esas aulas recibiendo “educación superior” ya era un gran paso a lo que ahora llamamos movilidad social; “ahora, agregó, si creen que llegan acá para hacerse ricos, están equivocados, mejor dedíquense a otra cosa, aquí al graduarse o al no hacerlo lo que obtienen es una mejor calidad de vida, algo que sus padre no consiguieron”.
Silencio, porque nos estaba removiendo las ideas.
Y culminó: ustedes ahora cuando formen una familia, si es que así deciden hacerlo, pueden ofrecerles más herramientas a sus hijos, visitar museos, disfrutar de una película, de una obra de teatro, comprar libros… en su historia de vida hasta el punto en que nos encontramos esto lo hacían casi por obligación, de aquí en adelante lo van hacer por placer.
En ese camino que se llama aprendizaje me sumergí en todo aquello que parecía estar contra el sistema, siempre en busca de generar ese despertar en los demás que busquen esa calidad de vida, ya sea compartiendo conocimientos, esfuerzo en el trabajo de equipo, saber recibir órdenes y por consecuencia saber dar órdenes.
Aunque izquierda y derecha es un mero accidente de grupos que se colocaron en una de las cortes francesas antes de la Revolución de ese país, los que estaban contra la monarquía se quedaron a la izquierda y los que la apoyaban se quedaron a la derecha, ese mero accidente derivó en lo que hoy son cruentas batallas ideológicas.
He escuchado a muchas personas que han roto relaciones de amistad e incluso familiares por defender cada quien su punto de vista, no me ha pasado y espero que no ocurra, pero si es de mi asombro escuchar opiniones de personas que aprecio bastante alejadas a lo que yo pienso de algunos temas de la vida pública, entonces reflexiono ¿en qué parte de nuestra historia de vida los caminos se bifurcaron?
No, no es el fin del mundo, ni mucho menos de nuestra amistad o de una relación de familia pero si vemos a personajes públicos ya sea artistas, deportistas, intelectuales, que se les conocía como “amigos” expresar opiniones tan divergentes, entonces es una situación que sucede con frecuencia, solo hay que poseer la suficiente madurez para aceptar esa forma diferente de pensar.
Pero bueno volviendo a por qué la izquierda, pues he visto que las personalidades que manifiestan esa ideología son más propensas a compartir, a defender, a ser solidarios, por supuesto habrá quienes señalen que no todos, que hay monstruos en la derecha y en la izquierda, es la condición del ser humano la imperfección.
Sin embargo prefiero a un Maradona que estando en la cima de su carrera vino a jugar en un lodazal para una causa benéfica a un Pelé que se vendió al mejor postor; prefiero a un LeBron James peleando por el derecho de los afroamericanos que un Michael Jordán que prefiere ver su utilidades por sus tenis, a un Mohamad Alí negándose ir a Vietnam a un OJ Simpson creerse blanco, a un García Márquez manteniendo su forma de pensar: revolucionaria hasta el fin de sus días a un Vargas Llosa convertirse en un extremista de la derecha y la lista es ad infinitum.
Hoy que estamos ante el umbral de una nueva era, se puede citar a teólogos, ideólogos, teóricos, cienciólogos, lexicólogos, musicólogos, opinólogos, etcétera, etcétera, etcétera yo solo puedo citar a dos personas que sus frases se pueden unir perfectamente:
“Aunque suene un tanto cuanto elitista, la vida es como las gelatinas: algunas cuajan y otras no”
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