Maquech (*)

Esta es la leyenda de una bella princesa que tenía los cabellos como las alas de las golondrinas; por eso se llamaba Cuzán, que es el nombre maya de ese ave. Las historias de la belleza de Cuzán se contaban en todo el reino, más allá de los muros de la ciudad sagrada de Yaxchilán. Cuzán era la hija preferida de Ahnú Dtundtunxcaán, el Gran Señor que se sumerge en el cielo. Era alegre y feliz, y su rostro brillaba como el sol cuando su padre ponía a sus pies lo más bello de sus tesoros de guerra. Cuando Cuzán tuvo edad para el matrimonio, su padre concertó la unión con el hijo del Halach Uinic de la gran ciudad de Nan Chan; el príncipe Ek Chapat, el futuro Señor del Reino. Cuzán aceptó la elección de su padre. Un día, al regresar de la guerra, el rey envió los tesoros del botín a Cuzán. Cuando la princesa fue a la sala del Gran Palacio para agradecerle a su padre el rico presente, lo halló acompañado de un hermoso joven llamado Chalpol, Cabeza roja, porque su cabello er...